Ca l'Isidró

En principio no esperabamos gran cosa. Solo pasar fin de semana con el perro. Dia antes nos enteramos que va nevar y nos desanimamos por el tema de las cadenas y el estado de la carretera. Pero al final ha sido un viaje maravilloso con la nieve cayendo. Y no hicieron falta cadenas. El aparcamiento del hotel muy cerca. El personal muy amable y nos dieron gasas y agua oxigenada para curar algunos cortes de nuestro perro ya que se mete en todos los sitios. El desayuno muy bueno. La cena buenisima. El entorno y las vistas increíbles. Y de las vistas nos enteramos por la mañana desde el restaurante del hotel porque ya ha salido el sol y se iban las nubes. El sitio recomendable 100%

Hemos estado toda la familia por quinta vez (el fin de semana 2,3 marzo) y ojala podamos repetir por muchos años . La casa perfecta con todo lo necesario, ubicada en un paraje magnifico al que le guste apreciar las bellas vistas del valle, la dueña super atenta y amable, francamente no se puede pedir más.

Ante todo, agradecer que nos dieran la habitación antes de las 4. Habitaciones correctas, lo único negativo es que el lavabo estaba atascado y no tragaba el agua y el plato de ducha era muy pequeño y con cortina. Si te movías, salía toda el agua por el baño. Para limpiarte la habitación, lo debías solicitar, cuando se paga un suplemento por las mascotas, que se entiende que es por la mayor carga de limpieza que eso implica ya que no te facilitan ni camitas ni comederos para los perros. El funcionamiento de la reserva del desayuno y/o cena, no fue de nuestro agrado para nada. Tenías que elegir entre dos o tres platos máximo a las 4 de la tarde para cenar y el desayuno, igual. Se te ofrece una carta y el día anterior por la noche debes hacer el pedido. Tortilla de un huevo y dos rebanadas de pan, con un zumo de naranja natural, 6 euros. Algo caro, la verdad. Si no fuera por estos detalles, la calidad-precio es correcta.

Excelente valor por el precio. Hermosas vistas. Desayuno muy rico. Personal muy amable

Un precioso lugar para perderte y disfrutar de la madre tierra, el único sonido ambiente era el de las vacas y caballos de la zona. El desayuno y la cena espectaculares, todo muy casero y bueno. Fuimos con nuestra perrita y tuvimos la suerte de que en nuestra estancia empezó a nevar y fue espectacular ver las montañas de cristal, dejo unas fotos por aqui para que veáis un poco más 😊